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Foto del escritorMª Reyes Villegas Terán

¿Cualidad o peligro?

¡Hola!


Llevo unos días leyendo sobre la conducción subconsciente. Nos ha pasado a todos, llegar a destino sin recordar los últimos minutos del trayecto. Encuentro disparidad de opiniones al respecto, para unos supone un peligro y para otros no tanto, ya que en principio nuestro cerebro está alerta pudiendo reaccionar en caso de imprevisto, aunque no seamos conscientes de ello. Esta segunda opción me parece en cierto modo inverosímil.


De vuelta a mis tareas he pensado, ¿existe la navegación subconsciente en la empresa?


En tareas rutinarias entramos fácilmente en modo automático, siendo capaces de enviar la facturación de primero de mes a nuestros clientes pensando en los pedidos que tenemos que hacer antes de determinada fecha, por poner un ejemplo.


Si esto lo trasladamos al plano de toma de decisiones, es fácil que como empresari@s también entremos en ese modo túnel, en el que seguimos haciendo lo mismo que todos los días, sin prestar atención a las pequeñas alertas que nuestro negocio envía antes de mostrarnos que algo va no muy bien. Dicho de otro modo, ponemos el cerebro en modo automático para no volvernos locos con los pequeños detalles, pero al mismo tiempo, obviamos muchas otras cosas.


Esto le ha pasado a una empresaria, con la que hemos decidido entrar a la acción. Después de marzo de 2020 su negocio empezó a enviar pequeñas señales, pero no ha sido hasta ahora cuando, debido a una revisión de los números de la última renta, ha caído en la cuenta de que la empresa familiar no funciona como debería. Ha llegado hasta aquí en modo subconsciente, y si no es por esa revisión, hubiera seguido en automático algunos meses más.


¿Y si, por el contrario, nos entrenamos para ir a velocidad crucero, pero evitando la navegación automática? Para ello, estas herramientas van de maravilla:

  • Diseño de un panel de control adaptado a nuestro negocio.

  • Seguimiento continuo del margen de beneficio.

  • Seguimiento continuo del balance de situación.


Ninguna de las tres da resultados de la noche a la mañana, hay que trabajarlas con constancia para convertirlas de manera real en un punto de apoyo. Este es el caso de otra empresa con la que, a lo largo de un trayecto que ya dura cinco años, se han ido corrigiendo pequeños detalles que ya garantizan la viabilidad de un proyecto que sustenta a la tercera generación de una familia.


            

¿Te ha gustado?

Mi prioridad es que nuestros clientes desarrollen un proyecto empresarial robusto, que sustente su forma y proyecto de vida.

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